LO QUE DECIMOS Y LO QUE HACEMOS

NUESTROS OBJETIVOS: La igualdad de sexos (teoría de género) y la libertad de expresión, entendida como la amplificación de nuestro mensaje y LA CRIMINALIZACION DEL MENSAJE ISLAMICO de los primeros 14 siglos de esta revelación, mediante la implantación por la ONU de la agenda de género de la O.N.U.

En materia de interpretación coránica, tal como ya hemos hecho en otras ocasiones en España, quien no piense como nosotras irá al juzgado de guardia kuffar y gracias a la legislación actual, allí le espera la cárcel. Así contamos con la ventaja de la INTIMIDACION INSTITUCIONAL EN MATERIA INTERPRETATIVA ISLÁMICA, cuanto menos en occidente y en los paises de mayoría musulmana invadidos militarmente por occidente.

A nosotras no nos importa gran cosa lo que diga el Corán y mucho menos la Sunna. Nosotras formamos parte del movimiento feminista y no estamos dispuestas a adaptarnos al Islam si ello significa dejar de mantener nuestra propias creencias. Por eso desde el principio estamos por la labor de de-construirlo que la forma anglofona para decir destruirlo.

Sabemos por que es obvio que hombres y mujeres no somos iguales, lo confirma la ciencia y el sentido común nos lo enseña y también lo certifica el Corán, pero a nosotras nos da igual por que somos mayoritariamente fanáticas y extremistas, de filiación marxista y apasionadas de las tesis de Gramsci, tal como hemos reconocido ya al declararnos seguidoras de la teología de la liberación.

Sabemos por la revelación que el hombre es como el sol y la mujer como la luna, por lo que nadie en su sano juicio puede pretender que se alteren o intercambien sus respectivas órbitas: precisamente
eso es lo que nosotras deseamos, que todo estalle: tesis, antítesis, síntesis.

Hoy en día, por el estado de ignorancia y rebelión del ser humano medio, es fácil hacer uso de toda una retórica linguística e ideológica capaz de hacer parecer blanco lo que en realidad es negro y a ella nos aferramos con todas nuestra fuerzas, esperando con ello hacer el mayor daño a la humanidad, a todas las religiones en general, a los hombres a los que como viejas feministas odiamos profundamente, y especialmente al Islam.

Para nuestros propósitos hemos contado desde el principio con la financiación de los servicios secretos de las naciones interesadas en dañar a los musulmanes y especialmente con las sociedades filantrópicos del mayor lobby económico de nuestro planeta, el Imperio Rockefeller, al que agradecemos su inagotable fuente de aliento económico y moral. Sin su ayuda, nada de esto hubiera sido posible.

En realidad la mayoría de nosotras somos fervientes atéas, y si encontramos algo deseable en la religión es solo en cuanto pueda favorecer la expansión de nuestras ideas marxistas e igualitaristas. Como somos mujeres y la sociedad patriarcal tiene dos varas de medir, sabemos que aunque perjudiquemos a mucha gente se nos tratará con mucha mayor indulgencia que si fuéramos hombres. Asi, protegidas por el mito de la bondad femenina, en caso de fracasar diremos que no eramos responsables de nuestros actos o apelaremos a un trastorno siquiátrico pasajero y saldremos de rositas.

En realidad somos muy conscientes de ser sumisos instrumentos de Saytan, y muchas de nosotras vivimos de ello, así que no hay mucho más que hablar. Saytán hace mucho tiempo que ha dejado de estar mal visto, amigos, ahora manda él. ¡Hay que ajustarse a los tiempos, hombre!


"El primer antagonismo de clases coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por la otra, con la del sexo femenino por el masculino." ("El Origen de la Familia, la Propiedad y el Estado", Friedrich Engels)

"El colapso de la revolución comunista en Rusia se debió al fracaso en destruir a la familia, que es la verdadera causa de la opresión sicológica, económica y política. ‘Mamá' es una institución sin la cual el sistema se destruiría. Entonces ‘Mamá' debe ser destruida para ser sustituida por una ‘feminista socialista' que acabaría con la explotación capitalista." ("La Dialéctica del Sexo", de la feminista Shulamith Firestone)

"Asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada (las mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos, como también el control femenino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologías como todas las instituciones sociales de nacimiento y cuidado de niños.

Y así como la meta final de la revolución socialista era no sólo acabar con el privilegio de la clase económica, sino con la distinción misma entre clases económicas, la meta definitiva (...) debe ser igualmente -a diferencia del primer movimiento feminista- no simplemente acabar con el privilegio masculino, sino acabar con la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarían culturalmente".

("La Dialéctica del Sexo", de la feminista Shulamith Firestone)

En 1932, Máximo Gorki dirá:

«

El odio de clase debe ser cultivado como una repulsión orgánica respecto al enemigo en cuanto ser inferior. Mi convicción íntima es que el enemigo es realmente un ser inferior, un degenerado en el plano físico, pero también en el moral.

»

No sabíamos que por aquellas fechas,Máximo Gorki ya era feminista de género.

viernes, 31 de diciembre de 2010

LEGISLAR CONTRA EL AMOR


LEGISLAR CONTRA EL AMOR: La Ley de Violencia de Género y construcción del Estado policial y totalitario

La ley de Violencia de Género de 2004 (en adelante LOVG) fue aprobada por unanimidad en un parlamento mayoritariamente masculino (solo el 36% de los parlamentarios eran mujeres). La anuencia general que ha tenido esta legislación expresa su importancia capital para el Estado y la sitúa en la misma categoría que las directrices fundamentales del sistema como lo es la Constitución de 1978.

Los datos de su aplicación son estremecedores: El 13% de la población reclusa son varones castigados por delitos tipificados en la ley, una parte importante de esos delitos, de ser cometidos por mujeres, tendrían la categoría de faltas y no conllevarían penas de cárcel. Durante los primeros cinco años de vida de la ley más de cien mil hombres han sufrido algún tipo de condena o medida penal. El gobierno considera que las cien mil denuncias anuales que se producen no representan sino la cuarta parte de las que se deberían poner(1) por lo que hay que calcular que si los varones encarcelados por violencia de género son nueve mil en este momento podrían llegar pronto a las treinta y seis mil, es decir, incrementaría la población reclusa en un 50% creándose auténticos campos de concentración. Por otro lado, la aplicación de esta norma no solo no ha resuelto el problema de la muerte de mujeres por sus parejas sino que las víctimas(2) han seguido aumentando, un crecimiento que es producto precisamente del enconamiento, el resentimiento y la hostilidad que la ley, la machacante propaganda de los medios y el sistema educativo, entre otras causas, genera en las relaciones de los sexos.

Tal normativa tiene efectos muy beneficiosos para la máquina estatal capitalista que azuza la discordia entre mujeres y hombres como pretexto para seguir ampliando el estado militar y policial y la judicialización de la vida social a la vez que ensaya procedimientos excepcionales para el control y dominación de la población civil como las pulseras de seguimiento y vigilancia y para la manipulación mental masiva a través de las medidas (judiciales o no) de reeducación como las que actualmente se llevan a cabo con los hombres para la creación de lo que llaman la “nueva masculinidad”.

Apropiándose del discurso de la emancipación y la liberación femenina el feminismo de Estado hace aceptable una legislación que es, en los hechos, un régimen de excepción, con juzgados especiales y aplicación del derecho penal del enemigo a una parte de la población a la que se impone la presunción de culpabilidad genérica. La aplicación de estas medidas justifica el crecimiento imparable de las diversas policías y la Guardia Civil que aumentan al ritmo del 5% anual(3) , con un porcentaje de mujeres que en el Centro de Formación de Policía de Ávila que es ya del 19% para la escala básica mientras en la escala ejecutiva son el 56% de los aspirantes, algunas féminas han llegado a lo más alto del poder policial y estatal como Elena Sánchez, secretaria general del CNI o Concepción de la Vega, jefa superior de policía en Canarias.

Pero lo que es un monstruoso crecimiento del Estado represivo se presenta con tintes progresistas y liberadores de defensa de los oprimidos (las mujeres) y restablecimiento de la justicia social, por lo que la policía ya no es vista como institución para la tortura y la brutalidad contra la gente común sino como una ONG de salvadores y salvadoras de débiles féminas. La LOVG, sin embargo, no es un caso único, forma parte del vasto plan de ampliación de los instrumentos de la violencia estatal llevada a cabo por los gobiernos de la socialdemocracia desde 2004 y que incluyen un conjunto de leyes y la reciente reforma del Código Penal.

Además cientos de miles de mujeres están hoy de forma creciente en diario contacto con los aparatos represivos, las continuas visitas a las comisarías o los cuartelillos de la Guardia Civil hace que se establezcan relaciones de dependencia y adhesión hacia estas instituciones, la simpatía con la que se ve a sus miembros y la intimidad que, en muchas ocasiones, genera la relación que se establece con ellos será usada por el aparato represivo para reclutar entre las féminas confidentes y colaboradoras y adoctrinarlas en la ideología de un nuevo fascismo basado en la exaltación de las instituciones del Estado y el odio irracional, que ahora se concreta en el aborrecimiento de los hombres pero que podrá ser sustituido por cualquier otro grupo social pues su carácter emocional e instintivo hace muy fácil su manipulación.

El sexismo, que es la esencia la LOVG, es una ideología de la misma naturaleza que el racismo pues es un esencialismo biológico. De la misma manera que los nazis usaron el sentimiento antijudío para constituir su base de masas instigando el odio irracional y alimentando el emocionalismo más exaltado, el prejuicio androfóbico está siendo utilizado hoy por el poder con la misma función. Esta doctrina y los hábitos y pautas de conducta que el aleccionamiento incesante y la aplicación de las leyes llamadas de discriminación positiva crean en las mujeres harán renacer las filosofías y las organizaciones de corte fascista que, en muchos casos, tendrán rostro femenino(4) . Por este motivo entre las fuentes de las que se nutre el feminismo de Estado se encuentran corrientes que han sido inicuamente calificadas de antisistema como el movimiento SCUM que ya desde su propio nombre (sus siglas significan Sociedad para el Exterminio del Hombre) es un alegato fascista.
Con ser la represión el aspecto más llamativo no es el único, ni el más importante elemento inquietante de una ley que pretende transformar de forma radical e irrevocable las ideas, conductas y pautas culturales que han organizado históricamente los vínculos entre mujeres y hombres. En primer lugar define todas las relaciones entre los sexos como relaciones de poder y de dominio afirmando que, desde tiempos inmemoriales, los hombres han abusado de las mujeres(5) y utilizado la agresión contra ellas por el lugar privilegiado que ocupan en la sociedad. Afirman, asimismo, que la violencia de los varones hacia las féminas es estructural, es decir, se produce por el hecho de ser mujeres y no tiene una causa concreta. Paradójicamente los hombres solo son opresores para las mujeres cuando tienen lazos afectivo-sexuales con ellas pero no cuando son empresarios, gobernantes, policías, jueces, gerifaltes mediáticos u otros con poder; de lo que cabe deducir que no es una ley contra los hombres sin más sino contra las relaciones afectivo-sexuales, los vínculos y las instituciones naturales de convivencia. Resulta sorprendente que esta descabellada e insensata argumentación haya calado de forma tan rotunda en una parte significativa del cuerpo social.

Con tales discursos se alienta en muchas mujeres una ideología victimista, que reclama el derecho a ser débil a la vez que cultiva el rencor y el resentimiento más áspero hacia los varones, un rechazo irracional que anula las capacidades reflexivas e intelectivas en las féminas que lo sostienen y que provoca actitudes y sentimientos de agravio y de inferioridad y una agresiva ferocidad hacia el otro sexo. De hecho la ley al establecer la especial vulnerabilidad de las mujeres, su necesidad de excepcional protección hace gala de un machismo mostrenco pues sustituye la tutela marital que establecía el Código Civil de 1889 por la del Estado y sus instituciones y funcionarios, fundando de esta manera un neo-patriarcado estatal, que no solo las “ampara”, sino que hace recaer en ellas privilegios y ventajas innegables a cambio de la obligación de guardarle obediencia y servirle en todo. No podemos descartar, no obstante, que en un futuro próximo se incite la aparición de nuevas corrientes misóginas y machistas que expandan la llama de la discordia y la escisión.

La psicosis colectiva que los medios de adoctrinamiento y manipulación mental han conseguido crear con el argumento de la violencia de género ignora que no es el sexo el agente principal de la violencia en la sociedad, y oculta el aterrador crecimiento del enfrentamiento, las agresiones y los crímenes en el seno de la comunidad de los iguales. Muchos adolescentes (varones y mujeres por igual) maltratan a sus familias, especialmente a sus madres -que aunque son mujeres no son defendidas especialmente por las instituciones estatales-. Muchos ancianos, mayormente ancianas, pues son más longevas, sufren abandono y agresión física y emocional por sus allegados o sus cuidadores o cuidadoras. Innumerables niños y niñas pequeños padecen la falta de cariño y de cuidados de unas madres y padres que no les entienden ni les aman. Los actos de violencia y crueldad protagonizados por mujeres han crecido de forma horripilante en los últimos años. Todo ello es inducido por el Estado a través de la manipulación de las conciencias que lleva a cabo la industria de la cultura, el cine, el sistema educativo etc. y la creación de hábitos y conductas anti-convivenciales que genera (entre otros mecanismos) la legislación, que normativiza los procesos y prácticas que antes se producían en el seno de la comunidad y al margen de las instituciones por el acuerdo entre pares y a través de la colaboración y el entendimiento.

La incapacidad de la sociedad civil para enfrentarse con tan descomunal hecatombe de las costumbres permite que el poder tiránico del Estado se presente como salvador aportando lo que le es más propio, la organización de la violencia institucionalizada. Quebrados los lazos interhumanos, la policía y los ejércitos aparecen como garantes de la civilización haciendo buena la profecía hobbessiana sobre que somos fieras y depredadores por naturaleza(6)
La influencia de las leyes en la convivencia social y la cosmovisión y hábitos de los individuos no ha de ser menospreciada pues el cuerpo legal del sistema lejos de ser consecuencia de la realidad social es, más a menudo, causa de esa misma realidad que es previamente buscada por los legisladores, así sucede con la LOVG que está consiguiendo la destrucción de lo poco que quedaba de las instituciones naturales de vida social, a saber, los vínculos afectivos-sexuales y las relaciones familiares de convivencia y parentesco pues si los de abajo están divididos, o mejor aún, atomizados, el sistema de dominación se fortalecerá de manera colosal. Una sociedad unida, estructurada, dotada de cultura, y capacidad para vivir en común, con posibilidad de proveerse de fines elegidos y aspiraciones compartidas es un duro enemigo del Estado que queda así muy disminuido en sus prerrogativas y posibilidades de acción.

Por ello la segregación es el camino para el triunfo del absolutismo estatal, primero se separó a los jóvenes de los adultos, luego a los niños de los mayores, a los ancianos de la sociedad en general y finalmente a los hombres de las mujeres, de esta manera todos, aislados y solitarios, disminuidos, irresponsables y entontecidos por la falta de experiencia social, pueden ser mejor sometidos y dominados por las instituciones del poder.

Si el patriarcado del pasado se basó en la familia y el control de las relaciones que en ella se establecen –un sometimiento que siempre fue parcial y limitado- el actual se fundará sobre la destrucción de todas las instituciones naturales de convivencia, en la creación de un individuo, ya no plenamente humano, por la pérdida de la mayor parte de las capacidades de relación íntima y afectiva con sus iguales, en ello tendrá un papel fundamental el odio sexista introducido por el feminismo de Estado que aspira a la destrucción de los valores y capacidades positivas que conservan los sujetos y, en especial las mujeres y que nos convertirá, si no lo remediamos, en seres solitarios y egoístas, ajenos a la moral y el recto obrar en nuestra vida pública y privada, empobrecidas de práctica mental reflexiva y, en general, de vida psíquica y espiritual alguna, ajenas al amor y a las necesidades humanas auténticas.

Resulta incoherente que cierto “radicalismo”, que se llama a sí mismo antisistema, ejerza de vocero de las consignas del poder jaleando el desencuentro entre mujeres y hombres, definiendo a todos los varones como agresores en potencia, y señalando como maltrato, no las acciones que lo son objetivamente, sino incluso los actos más inocentes y triviales(7) creando con ello un auténtico campo de Agramante donde el desorden y la discordia se imponen, con ello se sitúan de nuevo a las órdenes de la socialdemocracia que los usa como mano de obra en sus proyectos. Debemos ser conscientes de que mientras siga atizándose la pugna entre los sexos, la agresión, la violencia y el crimen de odio seguirán creciendo sin remedio. Las relaciones entre las mujeres y los hombres tienen que fundarse en la simpatía, el afecto, la fraternidad y el amor, no en el miedo, la incomprensión y el desconocimiento y la fobia pues solo unidos se puede hacer frente al sistema de dominación.

A MODO DE RESUMEN:

1. La violencia entre los sexos es completamente rechazable pero, al contrario de lo que dice el feminismo de Estado no resulta de un solo factor –la cultura machista y el patriarcado- sino de dos, a saber, la trágica naturaleza de la condición humana que nos convierte en fieras en ciertas circunstancias y la acción de la máquina estatal capitalista que a través de la ley y la manipulación de las conciencias divide, enfrenta y fragmenta la sociedad civil para aumentar su poder, siendo este segundo el agente decisivo en el momento actual.

2. No es admisible que quienes dicen oponerse al poder establecido defiendan la LOVG o, sin mencionarla sustenten sus concepciones sexistas y androfóbicas y alienten la guerra de los sexos.

3. Debe denunciarse la LOVG como una ley que proyecta el Estado policial y la represión indiscriminada contra la población y además impone la intervención del poder en la vida íntima de los individuos.


4. Debe condenarse asimismo su función “educativa” para imponer a la sociedad los disvalores del odio, el egoísmo y la inmoralidad, su carácter machista y neopatriarcal pues presenta a las mujeres como seres incompetentes y nos pone bajo la tutela del Estado. Las mujeres debemos oponernos de forma contundente a esas medidas que supuestamente nos protegen.

5. Condenar y criticar la ley no es suficiente, es necesario bregar por el renacimiento de los saberes, las conductas, las prácticas, los hábitos y las instituciones que rigen la convivencia entre iguales.

6. Las mujeres y los hombres tienen que rescatar las habilidades, los instrumentos y capacidades para elegirse y convivir recuperando el amor como vínculo sublime y excepcional y el sexo como potencia unitiva de enorme valor. Las relaciones íntimas entre las personas deben dejar de ser intervenidas por el Estado y tenemos que aspirar a que lleguen a ser ajenas a cualquier intromisión política.

NOTAS:
(1) Lo que se producirá sin duda por la propia acción de las instituciones que promocionan las denuncias ofreciendo ventajas y subvenciones económicas nada despreciables a las mujeres que las ponen lo que se traduce en un incremento imparable de las acusaciones falsas que afectan a miles de hombres inocentes.

(2) Aumentan las mujeres muertas por sus parejas, también se incrementan de forma continuada el número de hombres asesinados por sus compañeras pero esas cifras son ocultadas por las estadísticas oficiales desde el año 2006, al igual que el número de suicidios que se producen entre varones inmersos en procesos conflictivos de separación.

(3) Sin contar el crecimiento de las empresas privadas de seguridad hacia las que se trasladan una parte de las tareas relacionadas con las órdenes de protección a mujeres.

(4) Tal situación no es insólita hoy en día, pues, por ejemplo, el Movimiento por una Hungría Mejor, de orientación neo-nazi, racista y ultranacionalista, tiene entre sus cabecillas una mujer, Krisztina Morvai, que fue miembro del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer en la ONU. Esta formación política posee una milicia paramilitar, llamada “Guardia Húngara” acusada de perpetrar asesinatos de gitanos y hostigar a la comunidad judía del país.

(5) Así se dice en la exposición de motivos de la ley apoyándose en la declaración de la Conferencia Mundial de Mujeres de Pekín de 1995, en la que se define el concepto de violencia de género.

(6) Hannah Arendt entiende bien que no es la naturaleza humana sino la del artefacto estatal el que alimenta el odio entre iguales y explica, citando a Maquiavelo, que el triunfo de la razón de Estado es la que exige que los seres humanos sean adoctrinados en la maldad. Para su crecimiento el aparato de fuerza de los poderosos ha de sembrar en el cuerpo social el veneno de la discordia.

(7) En “Estado de wonder bra. Entretejiendo narraciones feministas sobre las violencias de género” se defiende incluso la propia LOVG como un triunfo de las mujeres y se elogia la acción de la socialdemocracia de forma directa, en otras ocasiones se ha hecho una denuncia de la ley por no ser suficientemente dura y obligar a las mujeres a presentar alguna demostración del maltrato (presupone este planteamiento que ninguna mujer hará un uso perverso de tal prerrogativa, situándonos con ello, no en el mundo de los seres humanos sino en el de los ángeles). Se ha llegado, de la mano de ciertas teorías, a un grado de subjetivismo y arbitrariedad peligroso como plantear que hay agresión siempre que una mujer se “siente agredida” , con tales argumentos se nos expulsa a las mujeres del espacio común de la objetividad, la justicia, el buen sentido, el juicio recto y reflexivo degradándonos a un obrar pueril que hace del capricho y el desatino la medida de todas las cosas.

(Texto presentado en las jornadas antimilitaristas del 18 y 19 de junio en el local Magdalena, será publicado por la revista “Esfuerzo”, está colgado en La Haine,
http://www.lahaine.org/index.php?blog=2&p=46399


Prado Esteban Diezma
pradoesteban@hotmail.com

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